lunes, 11 de enero de 2016

Fallen.

"Cuando has imaginado un beso cientos de veces, basta con que te tapes los ojos para sentirlo segundo a segundo." 

Míranos otra vez aquí, muriendo otras mil veces sin soltarnos la mano, sonriéndoles a los precipicios porque nuestro salto al vacío es dolorosamente más profundo que el suyo, y nuestro suelo no puede verse porque lo cubren cientos de de bocetos a lápiz de rosas a medio terminar.
Como si fuéramos árboles en otoño y se nos cayesen los años, como las hojas de un calendario. Como promesas atemporales.
Otra ves preguntándonos qué será lo que le ocurre a esta chica triste, por qué siempre parece que le faltan piezas. Por qué sus engranajes no dan ni el día ni la hora pero hacen que parezca tan segura y tan impasible. Qué le habrá pasado para haberse quedado vacía y seca de sentir, si alguna vez volverá a sangrar acuarelas y a escribir castillos en el aire de los que saben a sal. 
Déjala que se asome a la ventana, que te prometo que no va a saltar. Que se conforma con ver las luces de otras vidas en los cristales de otros edificios. Que está siendo Fallen, de Imagine Dragons, y quiere dejar de esconderse. Y sin embargo juraría que ella también juega a un escondite sentimental y por eso le brillan diferentes los ojos. Como si el frío lo estuviese cubriendo todo, tapándolo, obligándolo a vivir en lo más profundo del alma. Me da miedo a veces, por si no vuelvo a emocionarme nunca jamás. Joder, me gustaba sentirlo todo al límite, como si me quemasen las venas.